Hace ya más de un año, en un concierto muy inspirador (Koji Kanuto, Big Blood y Fasenuova en Oviedo), más o menos a esa hora en la que todos hablamos un poquito más de la cuenta, Pablo del fanzine Nueva Escocia, quien habitualmente trae a Atomizador y demás bandas satélite a Asturias, me confesó que para él "esto es rollo de amistad, yo no meto a cualquier mandril en mi casa". Como estoy de acuerdo con esto, Truco Espárrago no trabaja con imbéciles. Porque editar un disco u organizar un concierto siempre tiene un momento de distancias cortas, de convivencia. Incluso de amistad. Por eso se me hace tan difícil escribir una reseña sobre los dos conciertos con que Desguace Beni pusieron punto y final a su minigira veraniega. Porque es algo tan cercano, que puede resultar intrascendente a los ajenos a la obra..
Los Desguace Beni que he visto no son los mismos que he visto otras veces. Siguen con su rock troglodita ungaunga, su surf de pantano, su blues agropecuario y ese mongolopunk que les sale también tan bien, o sea, la banda sonora perfecta para el más extraño club de strip-tease del sistema solar. Creo que han perdido algo de ese halo de inocencia y hastío que algunos confundían con ingenuidad. Están más seguros, suenan más sucios, más convencidos, más distorsionados. Más armajetones. Debe ser que el irse de gira de playas, granjas y bosques les sienta de maravilla. A quién no.
En La Antigua Estación, los Picadillo Genital (otro dúo) les hicieron de teloneros, descargando más de media hora de grindcore de monte, mezclado con algo de crust caborano e incluso death metal de ese que gusta tanto a los jabalíes. Presentaron varios temas nuevas del nuevo EP en el que están trabajando con gran psicodrama, y esta vez no hicieron ningún tema noisecore. Desguace Beni salieron a continuación, afinados en RE, y en seguida se metieron al poco público en el bolsillo con su sonido primitivo y cerdo. Ganas de hacer pogos en los temas de mongolopunk, y de cantar como un troglodita en otros que no son de cantar. En el último tema, una repetitiva letanía a lo Melvins capaz de llevar al trance, Peláez Menor lanzó la guitarra contra la pantalla, dando el concierto por terminado.
Picadillo Genital: "Tenei cuidao con los muertos vivientes, ¿oisti?"
La jornada de Avilés fue larga, pero muy entretenida. Por ahí andaba Nata de Zombitch Stuff, DJ Podre y Lecter Bukosky, que junto a Jorge Fanterror montaba la Monster Party en El Paseo del Malecón, con Land Of Legends, Nacho García, Marcos Álvarez, Marti, Lecter Bukosky y Desguace Beni. DJ Podre amenizó los tiempos muertos pinchando -con gesto indolente- temas de Burzum de incógnito, canciones de seis minutos ("pa salir a echar un pitu, ho"), a los Ruinebell, o ya directamente a Discharge, en una pinchada en la que se le había dado la pauta de no espantar a la gente, cosa que no consiguió. Desguace Beni salieron con la guitarra rota de la noche anterior, acoplando y sonando bien descacharrado. Con su habitual aplomo, dieron un concierto ruidoso y enérgico, como la noche anterior. Ya tenían al público desmontando y canibalizado tras "Meandros y cagandros", ese gran tema. Terminaron con su tema-letanía que por mi bien podría haber durado la noche entera...
Distris varias, Zombitch Stuff y los Peláez desguazando
Antes, entre medias y más tarde, sucedieron varias cosas de esas que ocurren cuando estás con gente simpática y maja. Muy triste me quedé la mañana del domingo, cuando los Peláez, con la nave-coche a punto de reventar de equipaje, discos, equipo, instrumental sonoro, amor y fe, se despidieron. Antes de desaparecer en la curva, Peláez Menor aún tuvo tiempo de bajar la ventanilla y gritar: "¡Lucifer te guíe!".
Joé. Qué bien se está cuando se está bien.
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